17 de septiembre de 2025
Para mi amiga Felisa Cornejo por su sensibilidad y emoción al hablar del sufrimiento del pueblo palestino.
Sonidos que agrietan los corazones,
que riegan las almas de dolor,
que languidecen la claridad del día,
obsesionados con dañar la pulcritud
de la inocencia, de la pureza, de la esperanza.
Toques que se clavan en la mente,
silencios que suenan a cautiverio
y perturban la paz y la tranquilidad.
...Y en ese momento, una sinfonía de ruidos emerge,
un coro de voces clama por la libertad,
el viento susurra secretos por los oídos,
las olas del mar golpean la costa con furia.
Los pájaros cantan himnos de confianza,
las estrellas brillan con luz celestial,
mientras la lluvia cae sobre la tierra sedienta
y el trueno, abrumado, retumba con profundo pesar.
La sintonía aumenta en intensidad y vigor,
un crescendo de soniquete envuelve,
el ritmo de los tambores late en la existencia,
mientras las flautas susurran melodías de amor.
La música de la vida se despliega
sobre un lienzo de crujidos que hace vibrar.
Y en medio de esta orquesta,
algún día se encontrará la paz que con ahínco
se busca para un pueblo que la añora y necesita.
Y llegará... el fin al genocidio del pueblo palestino:
Némesis elevará las alas victoriosas
para poder abrazar la justicia y el equilibrio perdido.
Carlos Javier Pascual Rodríguez.
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