14 de septiembre de 2024
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Su nacimiento se fabricó
a golpe de pico y pala,
mecido en una cuna
colmada de mineral,
amamantado por su madre
y el amor de su padre:
Mina y Riotinto,
fue recibiendo el cariño
de un pueblo que lo acogió
entre vítores y sueños
cada vez que aparecía
por su casa natural.
Rodeado de sus progenitores
fue creciendo entre elogios,
cumpliendo años marcados
por la honestidad y dignidad
de esparcir sus enseñanzas
por los rectángulos que visitaba.
El niño se fue haciendo hombre
y hoy, pese a quien pese,
es el matusalén de un deporte
que mueve sus pies
y su bandera rojiblanca.
Con más de un siglo de vida
sigue honrando con honor
su apellido paterno: Balompié.
Y son muchos los que sueñan
el sueño de sus mayores,
mientras que un cerebro
en forma esférica pulula
por unas galerías mineras,
arterias repletas de ardor,
hasta el corazón del corazón.
Carlos Javier Pascual Rodríguez.
Gracias por la ilustración a María Izquierdo Chaparro.
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