23 de marzo de 2016
Rosa
Y vino la rosa a mí,
sin llamarla, pero vino a mí.
Y vino lánguida y triste.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Se acunó sobre mí,
derramó una rosa lágrima
y sollozó.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Poco a poco abrió sus pétalos
cual ave al viento del norte
y suspiró.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
La rosa tomó fuerzas y se levantó.
Me miró, sonrió
y se marchó.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Me quedé mirando cómo se alejaba,
extendí mi brazo para llamarla,
pero ya no volvió.
Yo me pregunté:
¿Qué me pasa?
Mas mi corazón no contestó.
Alfonso Pedro Domínguez.
Y vino la rosa a mí,
sin llamarla, pero vino a mí.
Y vino lánguida y triste.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Se acunó sobre mí,
derramó una rosa lágrima
y sollozó.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Poco a poco abrió sus pétalos
cual ave al viento del norte
y suspiró.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
La rosa tomó fuerzas y se levantó.
Me miró, sonrió
y se marchó.
Yo le pregunté:
¿Qué te pasa, rosa?
Mas la flor no contestó.
Me quedé mirando cómo se alejaba,
extendí mi brazo para llamarla,
pero ya no volvió.
Yo me pregunté:
¿Qué me pasa?
Mas mi corazón no contestó.
Alfonso Pedro Domínguez.
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